Mientras observo espacios y huecos en estas rojizas nubes, de noche de inverno, me se aquí mismo, en vuelo. Se ahí de lo que quiero. Saber de inmensidades y de manos de madre. Saber también que nadie es parte del sueño de otro. Saber de hambre y de alas de ángel. No basta arrimar bochín, componer fríos versos. Hay que esconder esplendor a la sombra de verbo. Furtivo arte de saber en que letra ocultar valor. De esto se, por intemperies y corazones. De quienes caen al mundo y culpan al otro, como quienes creen que cobrar alas es perder el tiempo. Veloces desvían del propio viento. Alimañas, engranajes, solo buscan seguir deviniendo.
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