Inquieto como conejo y voraz como bestia.
Quien desea perderse algo de la vida.
¡Pero la vida, no esto!
El laberinto tiene su gracia
belleza entre oníricos paneles
deslizables a mundos
dentro de mundos
Catedral de furtivos secretos
radios de metálica voz que hablan
desde un reloj de arena.
Corro al fin en ir y volver
sorbiendo su esencia
ver el reflejo de los días
saber que en mi soledad
me acompaña su calor
y a veces su frío.
Donde sino entre
mantas yace quien
no duerme...
ahí también yazco yo
sobrio, despejado
cálido...
Porque por fin en este río no hay olvido
un poco de vida real
a mi modo
nuestro modo
lo que en tiempos,
otros tiempos...
Pero quiero algo mas
lo eterno,
por eso
vuelvo al laberinto
y
alguien dijo que desde su centro
todo se puede.
Es presumible decirlo
ese alguien soy yo
y no suelto el hilo
nunca voy a soltar el hilo
ni voy a soltarte Ariadna
todo penderá ahí eternamente
ni me pierdo, ni te caes.
No se que paso en aquella arena
pero esta ves aqui estoy.
Alex.
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