Podría
decir que llegue al umbral de silencio meditando tranquilamente debajo de un
hermoso árbol junto a un arrollo sonoro. Pero no, fue una tarde de domingo
donde el silencio se fue acumulando hasta que llegue al umbral mientras orinaba
en el baño escuchando el sonido de una canilla que goteaba.
Podría
decir que ejerzo la magia a través de complejos rituales con velas encendidas,
pero no, solo lo hago contemplando mis ojos frente a un espejo hasta que mi
rostro se desdibuja y aflora una fuerza frente a mi, que solo podría definir
como poder, fijando allí con fuerza desde el profundo silencio mi intención a
través del intento.
Cada fugaz
sombra se percibía moviéndose claramente con el rabillo de los ojos mientras anochecía
y en mi quietud, me dejaba embargar por el crepúsculo con la clara certeza de
que en mi soledad estaba plenamente acompañado.
Mago Huari
"El Circulo de los Intentantes"
No hay comentarios:
Publicar un comentario