ante vientre y corredor estrecho.
Inefable ínfula discrimina,
el rugido del león.
Y como garra salta el aheleo,
en feroz batida a muerte e instante,
sin derecho ni asonante.
Rasgando el telón, del teatro:
Hoy beso en la boca a la luna,
y veo el reflejo del cielo,
en una charca de la calle.
Alex
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