Vi desde mi, el pueblo de las mil maravillas,
soterrado a los ojos de quien carece de sed,
colirio de estrellas estrellas y olfato del alma.
Quiere alguna esquina revelarme sus secretos,
y dejar que me pierda del otro lado del velo,
entre bambalinas de la vida ruidosa,
para llevar en mis pies,
el barro de historia olvidadas,
secretas puertas que dividen,
el olvido y la memoria.
A.
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