Verano

Podría caer, en querer que me recuerden. Recordándome en agudas, en consonantes. Pero seria demasiada elegancia. Desvanecerme, si. Ese es mi agrado. Solo partir. Sin despedidas. Perderme detrás de un remolino. De esos de hojas y viento. Donde Borges no se pierde. Evito así barrotes y filigranas. Afilo para ello la mirada. No domestico mi lengua. Solo me sorbo la vida. Como un tinto en una barra. Para después, si. Andar entre vendavales y tormentas. Sin refugio. O al calor, bajo calles arboladas. Deténgome a veces, a observar una cúpula. A ver tendones y giros. Sigo el silencio. Fijando entre momentos, retazos. Juntando fragmentos. Lugares íntimos. En un mapa. Hilándolos. Tejiendo vasta manta. Como la piel de una bestia. Así, me se de imágenes. Las del dolor y la belleza. Enlomadas en misma estampa. jardín. Oculto. Añorado. Mediodías y noches. Luz y sombra. La luna creciente. Una mañana sudada. Un racimo de hojas. Esperando la brisa. Retrasando el otoño.

Alex.