La madre del ave dejo de cantar,
rutina distante que oculto,
las noches.
No estaba mal, había bien.
Deslumbraban amaneceres,
bellos crepúsculos,
los recuerdo,
al punto
de que estas palabras,
se vuelven mensaje.
El de decir: basta de bastas,
elegir al menos,
el cálido impulso del sol de invierno,
y noches de aliento,
en abrigo.
Alex
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