Alzado como mástil y en intento vertical al simple rayo que bandera sostiene y en verdad corona. Simple Upanishad de barrio, de la noche y su tormenta. Que en esta cueva intercalados han deambulado, ángel y diablo. Al fin un día como un nenúfar flota comprensión en aguas de abrigo eterno. Invisible a ojos del feriante o de quien barren sus veredas. Observada aura por botón de cuadra y la seca que deambula, hasta que enfilando toda tensión en un momento, al punto de estallido; suena entonces la palabra, aquella que bendice o aquella que te acaba.
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