martes, 15 de septiembre de 2020

Inmersión

 




Dos cuadras adelante, un giro a la izquierda de otras dos cuadras y luego a la derecha y la ciudad es realmente hermosa, cada casa, cada gema, cada historia. Ventanales de vidrio en las mas modernas, pequeños techos art deco en las puertas, jardines y mas adelante edificios como atalayas hacia el puente de la autopista. Mangrullos vigilantes de extensos cielos. La avenida con negocios y en ella siento esa extraña sensación de ya no ver Buenos Aires, sino una y extinta impronunciable ciudad perdida de Lovecraft. Como si la nitidez de hoy se dividiera entre momentos de aire y de agua con peces y ruinas. Mientras la gente por la calle se atrae y se repele, (por esas eternas cuestiones de afinidad y repulsión), yo me siento nadar en ella. Tan imposible de describir es la sensación, que vuelo en mi andar hacia librerías de algún shopping limítrofe entre capital y provincia, como imposible portal hacia alguna perdida isla en los mares del sur.
a

No hay comentarios:

Publicar un comentario