Que bueno es saberse de la orden de la intemperie; donde nadie te acompaña, tan solo tu reflejo. Me dijo un día una piedra al borde de un estanque donde sonaban las ranas: "solo coraje y amor".
Quiera tu mano un día ser gentil a la mía reduciendo la distancia.
Hay quien dice que el tiempo es ilusión. Yo te digo todo es ilusión en la muerte, pero en vida el tiempo es voraz. Por eso solo se de naufragio a la luz de las estrellas. Se del rumor de tu llamada que se torna rugido de torrente. Al fin un día las crines de tu manto me darán cobijo y me sentiré como el pobre mendigo abrigado incluso en el calor del verano. Quien sabe de intemperie, sabe la lengua de los cardos y las estrellas.
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