Momentos de exilio interno, momentos de expansión. Pulsión que va hacia el centro de la rueda de brazos espiralados y retorna al punto de partida. El latido que vence al frío. De las ruinas de lo viejo, nacen orgasmos de retoños. No he de buscar en redes lo ya encontrado. Pero pulso el corazón ante el grito de los tripas y el bostezo de las ñañas de los razones. Tú ahí, cuidando estos brotes. Desde hace un año. Desde siempre. Que mis brotes son también los tuyos. Que la aurora nace en día por la rendija de los sueños. Que ya no importa pisar la alfombra despacio. Clandestinos tras la sabia niebla de furtivos velos.
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