¿Hay distancia entre penas ajenas y propias? Trillada senda de ir abriéndose paso día a día. A veces un día nublado, un respiro. El momento bello, el oportuno. Alguna rendija para fugarse de la pesadez de este mundo. La mano que lava otra. La bendición de los maltrechos. Quienes cuentan sus horas para ser libres. Las libertades acechadas. Puede quizás un día que no te importe nada, pero puede también en ese no importar haber un corazón que se conmueve, como conmueve la hora versátil la víspera de las estrellas.
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