La luz toma un tiente amarillento con la neblina. Recuerdos de cuando subía desde el Barrio Chino hacia las Barrancas en Belgrano, las altas torres arriba de barranca tapadas de niebla. Andar para mí es meditar. Contemplar. Remover energía como el gran río remueve sus aguas por la noche. Las rojizas nubes devuelven la luz como un espejo. Saben que lo bello es espejo de lo intimo. Lo malo, proyección de nuestros pecados. Las bocas se tiñen de palabras vanas. La niebla es como un manto, acaricia. Una milagrosa comunión. Calidad y calidez, son siempre la mejor decisión.
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