Maldecir la humanidad no seria elegante.
¿Quién no puede ver que se maldice sola?
No por los bosques, ni el agua, ni animales,
sino por haber perdido sentido de lo bueno.
Que cansancio da la lucha, que brutal se vuelve,
hasta dicen que no se debe luchar, sino entregarse,
uno piensa: mejor que se entregue tu madre,
que las murallas ardan y corran como lava,
por tus calles.
No he olvidado el amor antiguo que hoy recurre,
ni el porque de mi furia o el silencio de los muertos,
solo espero reencontrarte en el camino, no se cuando,
pues cada vez que cierro mis ojos,
es mi único sueño.
a
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