Flores de limonero y alguna planta de granada,
en jardines de invierno, pasos apresurados,
extraños momentos de un pueblo con furor,
como de verano.
Los conozco muy bien, ebrios irresponsables,
los que defendieron y defienden esto,
conduciendo a la ira de su mismo pueblo,
hable y dije por mucho tiempo, ahora ante esto,
prefiero mirar al cielo.
Ahora solo deseo ver la belleza de todo,
lo que viene de lo alto, cabellos ensortijados
y tus pies descalzos, ceñida de nubes te busco,
para emprender mi fuga, de entre tantos muertos,
los de antaño, los de ahora, los de siempre.
Si pudiera cobijarme al calor de esas venas,
no me sentiría desnudo como estos árboles,
pero es mejor andar a huevo, en la verdad,
en amor y coraje, manteniendo rostro en alto,
porque di aquello no común y se creía locura,
que ante ojos estultos, que aun se enervan,
porque entre palabra y pabra era razón,
aunque ahora prefiero, no haberla tenido,
y tan solo contemplar el cielo.
a
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