Veo gente llorando entre las palabras, como si eso fuera solo la vida. Y como tratándose de un enroque, andar pispeando que eso, no los mire, ni los toque.
Lo único: se que hay que despojarse de lo viejo, pero mas importante, extirparse lo pendejo. Vaya a saber por que me guardo la sensibilidad para los poemas o para escuchar a los demás. Pero rechazo la lastima de mi, como otro truco de la vil maña, buscar aceptación. Vaya uno a saber en que circulo. Y a este quien teclea, eso de pertenencia, le parece una prisión abominable. Si he de elegir pertenencia que sea por lo digno, lo ético y la libertad. El tele-teatro de la tarde ya tiene sus seguidores. Así que mejor abrir mercados al reino de los cactus y otras yerbas. A propósito: Creo que hasta las plantas carnívoras, son mas sensibles que muchas de nuestras lagrimas.
Veo odas a la miseria.
El borracho le escribe a su vino,
el paria a la pared descascarada.
el perdido a la añoranza.
Y quien puntea esta letra,
para no quedarse atrás,
quiere que la vida apriete,
hasta volverse,
irremediablemente,
duro como diamante.
Alex.
No hay comentarios:
Publicar un comentario