El tren pasa por barrios estilo ingles, desolados. Avanza por otros al estilo argentino. Bajo los rayos del sol, nadie en la calle, hasta la plaza pareciera mostrar un pueblo fantasma. De pronto una niñita pequeña saludando al tren en la calle, caminando junto a su hermano. Como si el mismo Espíritu me saludara. Cierro los ojos y ya no estoy ahí.
Vuelo hacia la torre del viejo "Parque de la Ciudad". Kilómetros al sur. El sur, me jala como un tirón. Abro los ojos. Salgo del tren. A unos pasos, el río y aire húmedo....Islas dentro de islas. Muñecas rusas.
Vuelo hacia la torre del viejo "Parque de la Ciudad". Kilómetros al sur. El sur, me jala como un tirón. Abro los ojos. Salgo del tren. A unos pasos, el río y aire húmedo....Islas dentro de islas. Muñecas rusas.
El ahogo de los días conforma la prisión existencial de nuestro presente. Y solo la angustia es señal de que una puerta se abre. Solo que no sabemos de que manera cruzarla. Siempre la noche anticipa un nuevo mañana. Mientras se viva intensamente, su oscuro manto. Y al fin de su tormento nazca, ingeniosa salida. No podría mas que señalar a la angustia, como esa gran carga de energía, que sacude nuestra fijeza.
Y si tal vez un aroma, un instante, una evocación, caiga como un rayo doblándome en dos de dolor, como rama de árbol a merced del impío tiempo...se que tenazmente subiré al monte. Elevare mi plegaria. Incluso me revelare, y hasta mis pies caminen por la sombra. Y a un giro de una esquina termine al fin jugando. Sabiendo con certeza que aun estoy vivo.
Quizá la poesía sea en realidad también filosofía de alto vuelo. No sujeta, a la maquinaria de intelectualidades elevadas a pedestales. ¿De que otro modo expresarías aquello que intuís y sin embargo cuesta decir abiertamente?
¿Acaso escondido en un suburbio,
frente a las olas del río,
puedo apartarme del sentir?
Las olas llegan a la orilla
sentidas,
oníricas,
vivas.
Como mi viaje en autopista.
donde el hechizo de cúpulas
y poniente,
gritan un llamado.
Entonces
mi mano
se llena de tiza
y envuelto en el circulo
frente al triangulo
cruzo los abismos
y el poniente cruza también
hasta mi.
frente a las olas del río,
puedo apartarme del sentir?
Las olas llegan a la orilla
sentidas,
oníricas,
vivas.
Como mi viaje en autopista.
donde el hechizo de cúpulas
y poniente,
gritan un llamado.
Entonces
mi mano
se llena de tiza
y envuelto en el circulo
frente al triangulo
cruzo los abismos
y el poniente cruza también
hasta mi.
Abriendo caminos desde el silencio. Evocando palabras y haceres. Donde, como en la noche, ante una estrella fugaz, pides tu mejor deseo.
"EL CIRCULO DE LOS INTENTANTES"
Alex.