Pegaba el sol de la tarde en Devoto estación. Otoño de un tiempo. Vía al noreste, dorados tonos hasta Retiro. Plaza San Martín, Editorial Kier, libro. Luego centro, del centro a Caballito. Colectivo frente a Mcdonald's, y después Flores. Ahí la gente, Nico, y el gitano y Víctor... Hojeo el libro sobre un mostrador. Truenos. Y simplemente frente al vidrio, un recuerdo de Caballito, lo que no recordaba de hace instantes. Kadath, tras un espejo. 2011, periplo, un día hito, un día. Un puente, un día, como todo día. Eso, justo eso, cada punto tocado, es sitio que tensa un bucle de los puntos. Frente al Mcdonald's, de Rivadavia cuya entrada apunta directo a Avenida La Plata, (por ende en linea recta Pompeya, riachuelo), el espíritu del día mostró esa vez su rostro. Viéndome, a través de otro rostro. Y los espejos, siempre señuelos, situaron Kadath justo delante de otros parpados. Viendo así, puerta y entrada. Puntos y sombras. El giro de la tierra. Y otra vez, otro día, y otro... Pero Kadath seguía ahí dibujada, flotando frente al espejo, a la entrada, sobre la insondable nada, ahí quedaba, ahí flotaba. Y aquí sigue, ahora, sobre el abismo.
Alex