Aquello que la vida nos habla, tiene tanta relevancia, que adolecemos sordera para encerrarnos en nuestra eterna prisión de negaciones, impidiendo respirar libres el infinito, y leerlo desde los mismos pulmones. Una madre amamanta a su hijo y su hijo la sabe madre antes de aprender a decir mama. El cielo para un perro y para un hombre es un mismo cielo. Desandar encadenamientos es aprender una semántica viva, una tan directa que se la entiende hasta respirando.
Alex.
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