Aquellos que hayan perdido su corazón, damas o caballeros, lo recuperan en el acto de ser poetas y guerreros. Quienes aún no carguen con tal herida hablarán de la luz, y quiénes no la superan, su diálogo será de sombra, rencor. Pero poetas y guerreros que recuperen su corazón, ya no lo recuperan como ilusos ni como víctimas. Cuando se da guerra y se sublima en poesía. No se recupera enteramente lo que fue. Pero la dualidad entre soñador iluso y dolido, desaparece para siempre. Pero también desaparecen inocencia y maldad.
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