Me gusta la doncella que lame estas heridas; sin olvidar que soy el dios de mis guerras. Solo lo singular por sobre plusvalía, quita el asco de mediocres días. Saber de contra fuego evita reyerta sin sentido. Tiendo siempre esta mano, y solo a veces desenvaino. Todo símbolo es mas profundo que la bulla de palabras. No espanta el ruido en combate si el guerrero esta templado. Solo queda impresión de movimientos. Tormento que se cura, a suave caricia de pétalo, esos que calman todo viento. Cura que solo funciona cuando sea roja la rosa, así como la misma herida y sea su sed muy blanca, como la misma del alma.
A.
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