La suave soltura de los cerros del cielo.
La belleza de todo ojo que sepa aun ver lo íntimamente bello.
Atrincherado en libertad, a la previa al fuego. No puedo hacer mas que saber quienes son los de uno y quienes no. Uno lleva la propia lucha y también la de los hermanos. Puedo decir que siempre me ha gustado la calma antes de la tormenta. Pero que hermosa es la noche. Que feroz arremete el viento. Y yo solo pienso en mi flor. Yo solo huelo presencia. Que toda ausencia se vaya con los riachos de esta lluvia, lejos. Muy lejos.
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