Un mismo vendaval acaricia soledad,
entre ríos de palabras y hondas marañas,
y las sombras en mañana acompañan la tristeza,
que atormenta en la tormenta,
volviendo dura la proeza,
de dar un paso mas.
Que duende oscuro embarga mi sueño,
que telarañas envuelven mis huesos,
que al atronar tempestades voy bebiendo las borrascas, en la senda de la duda, el combate y el oír.
Así se cuelan los rayos y el agua; las gotas frías y surcos,
que ya no se si es mañana o es noche
y aunque todo huela pena, me entrego al filo de un paso mas.
a
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