Elevándome un momento, como quien respira y levita, como quien contempla toda belleza ante sus ojos, como quien vence los temores. El suelo se llena de colores y la tormenta tiñe las ramas del árbol. Cuanta belleza, tiempo e ingenio nos roba la turbia mente. Pero cada batalla, enseña. Y cada día, es una copla divina que retumba.
Alabanza
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