sábado, 17 de diciembre de 2022

En días infaustos:

 


No se si el destino hace trampas, si el tedio de los días nefastos deba siempre superarse.
Pero si se que el banquete del tinto vino, solemnidad a visos de fria nieve en vísperas de verano, me han hecho ver que cuando te partes y en soledad cargas el pesado tronco que te dobla, sales a la búsqueda de lo incierto.
Algo de paz y al filo. Haz muerto de algún modo a todo lo común.
Te conoces en ese silencio y conoces a los demás. Refugiado en teclear solitario para uno mismo. Si gusta a otros bien y sino también.
Y hasta que con el nacimiento de la primera estrella de la noche, buscas ganar ese tiempo libre y feliz que bendito traerá también al adversario.
Luego en negra noche la diabólica presión del rostro de averno. Pero queda siempre esa descarada propia bacanal desafiante de escupir la cara al diablo.
Al fin y al cabo robaste al menos un instante mas. Un momento, aun sabiendo que deberás rodar la roca una y otra vez hacia arriba.
Pero ese instante.
Por ese instante vale incluso la incomprensión del todo.
Lo sabes muy bien ahí, en tu trinchera bajo alas de Dionisos.
A




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