Este lugar tiene belleza. Pabellones de fines del siglo XIX tan bien cuidados y en uso. Otros modernos de cristal. Aqui no hay encierro, hay bancas, callecitas y sol.
Oigo a una amiga le dice a otra: -"estoy embarazada". Una abuela ve un caminito de hormigas con su nieto. Levanto mi vista. Los médicos varones caminan como dignos y derechos, pelo corto y buen vestir tras sus blancos delantales. Las medicas en cambio usan falda debajo del guardapolvo y muy variado vestir.
Hay una hermosa capilla románica. Santa Francisca Romana. En ella hice bautizar a mi hija menor hace décadas.
Un hospital así abierto, es un parque, un barrio hermoso, no una prisión. Cierro mis ojos y me pierdo. Veo lejos gente desayunando en un bello bar de esquina. Veo cosas que en magia no hablamos abiertamente. La paz me embarga.
Abrazo a esta humanidad.
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