Recuerdo como del poético estado del no recuerdo. Mi padre era tutor de una niña inglesa. Familia exiliada en una mansión al sur de Francia, mucho antes de la revolución. Algo paso debí irme, no supe más de mi padre. Entre en marina de guerra, caribe, Guayana, y las tierras desde el golfo hasta Canadá. Fue al sur que vi tus ojos. Tus ondeados bucles. Recuerdo sin recuerdo como el amor cura heridas de sable y de sal. ¿Dime cómo se definen ciertas certezas?
Se de labios que eran la espuma del alma.
Se de una extraña ensenada que trae a puerto aquello que siempre es.
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