Bella felicidad ser testigo de la niebla. Niebla silenciosa. Bella luz hija del fuego. Hombres y venados se inclinan a los pies de Vesta. Cocina el fuego divino desde el núcleo de toda criatura. Golpean los cíclopes sus martillos sobre escudos refulgentes. La mañana asoma rayos de sol, elevando el rocío. Pero las tardes con niebla solo tienen por discurso el lenguaje de los pájaros.
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