Si todo solo fuera apolítica o política, entonces, no habría arte, ni critica a las estructuras. Es necesario cada tanto hacer temblar estructuras. En otros casos demolerlas, como cuando caen blancos elefantes. Si nos ponemos lienzo de asistente social y caminamos el farrago de origamis en the frogs, o en Carlos Gardel, comprenderemos que hay una generación sin retorno. Pero también desde el lienzo del artista se lo ve, en en los hijos de Villa Crespo o de Urquiza. La caterva que va detrás del flautista, asume notas ignotas, y pierde un puesto en la octava de laureles. En tiempos de coltán y nubes de teflón, la derecha negadora de planes sociales, los aumenta en numero. Entonces, el zoo de situaciones se vuelve tan confuso como la misma retorica. A donde guían los carteles de la calle sinó al destino de los perdidos. No hay letras que figuren algo mas que monovalentes entradas de frío. Intemperies diarias, pero aun sonrisas. Vaya que la vida le ofrece ventanas a sus sueños. Vaya nomas a la oferta de los anuncios. No se quede fuera de los incluidos, en clase tarjeta y papel mache. Crea que su sueño es polivalente. Incluso hasta el pijama blanco y la cunita de madera. Es absolutamente desacertado pensar que el aumento de población es un problema en si. El problema de las sociedades es tema de ausencia de ética. Una cuestion de entropía de conciencia. Eso es lo que conduce el mundo al lodazal. Nuestro modo de pensar, nuestro modo de vivir, nuestro modo de organizarnos bajo erróneos valores. Marchar contra las religiones es un pensamiento manipulado. Ya que los popes de hoy en día son la élite, los banqueros, los intelectuales, los medios y los periodistas. Por eso cualquiera de nuestras absurdas puteadas mediáticas no va donde debe ir ya que idolatramos la bajada de linea y carecemos del coraje de ir contra lo que se debe. Nos creemos revolucionarios cuando hacemos leña del árbol caído, mientras no nos atrevemos nunca a darle al verdadero poder. Entonces hacemos justo lo que el poder busca que hagamos, y lo peor, nos sentimos iluminados y guerreros al actuar como esclavos. Ahora, vayan y pongan cara de orto a lo millennial. La guerra esta perdida barriletes.
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