No se como pasamos de unos rugbiers asesinos a un recuento de personas infectadas. No soy de los que se cuelgan con noticias, sino de quienes las anticipan. Cuando ya suceden no es algo que me importe. Mientras me hablan de muertos, yo recuerdo a mi abuelo senil ante un bloc de hojas escribiendo una y otra vez su nombre, para no olvidarse como firmar, para no olvidar quien era. Murió sentado a mi lado en su silla de ruedas, mientras yo adolescente, a su lado cenaba. Tengo una larga lista de perdidas, por eso no hago listas ni de vivos ni de muertos. Nací de nuevo del dolor y nací ya al margen de lo colectivo. Como mi abuelo me siento y escribo. No mi nombre, escribo historias. Me se de viaje. Estoy de paso. Nada me importa y me importa todo. Nadie te perdona estar de viaje. Yo si perdono. Tengo amor en lugar de sueños. Tu relato de la realidad para mi es viejo. Hojas que vuelan en otoño. Ya te dije, solo me importan las historias, solo estoy de paso.
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