Fue así como me supe nube por sobre luces de fiesta. Ese rayo descarado. Ese alarido de fiera. Lobo y paloma. Amor, pasión y deseo. Suspiro de la huella y pantera en el tapiz de mi ensueño. ¿Acaso el paso solitario ha de renunciar a empeño? ¿Perdona acaso este colmillo a quien encierra los caminos? Me vuelvo ahí entonces, primera explosión y último crujido. No se trata de juicios y castigos. Se trata de barrer con todo cerco. Despejar el camino. Atravesar entre pancho y panqueque. Y si las ratas se oponen, te juro, tallaría tan profundo este intento en la vera de destino, hasta volverme uno y despiadado, con la mas horrenda tempestad.
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