Me gusta quien ve detrás de letra y no el enquistado en razones. Quien capta el sentimiento e intuye, esos otros sentidos de lo que digo. Quien entiende saber cambiar. Quienes se juegan detrás de amor aun habiendo antes sufrido. Quien se cae y se levanta tantas veces como un niño. Quien ya ve... y no quien cree ver. Por eso, por cada vuelta de rostro, por cada desprecio entienda esto: no camino renglones de este mundo. Desaire me recuerda por que río y por que tengo todo. Mi todo lo sabe y por mas que tienda letras al mundo, justamente van encubiertas: porque el mundo tendrá sus sabios... pero yo no anido letra muerta. El Espíritu rechaza tu falsa humildad; mientras humilde entiende. Y yo que no soy ni uno, ni otro, solo al fin y al cabo, camino detrás del viento.
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