El misterio de todo y todas las cosas confluye siempre en el Ser. No importa si por momentos seamos el testigo, quien acciona o simplemente seamos. Camino en este momento viendo la belleza de todo en una calle. Me proyecto hacia una luz en la ventana de un edificio. La veo radiantemente bella. Pero se también que desde lo alto de esa ventana, en el limite de la ciudad, se contempla también inmensa belleza. Contemplar y belleza son la realidad dual que conforman el esplendor sobre todas las criaturas y el número infinito de las formas en el vestido de la gran Madre. Puede asociarse belleza con otra belleza, donde forma y afecto se unen. Y tal afecto amor. Tal amor y ser confluyen en comunión. Lo demás es solo un juego: inteligencia, conciencia, discernimiento, arte del sigilo, acción, atracción, voluntad y coraje. En tanto al deseo algo a sublimar, nunca a suprimir. Dado nuestro estado larval, nuestro crecimiento hacia el Ser se da entre día y noche, luz y sombra, contraste. De ahí que el efecto de las polarizaciones anula el contraste. Alguno por temor a no ser dice que primero piensa. Otro que la voluntad es lo primero, otro que ves lo vital... Así en este contexto se da el gran apotegma del aparente sin sentido como la brutal equilibrante del pre consciente ser buscando reivindicación. Se despliega de esta forma un sendero poco claro donde no queda claro quien es el justo y el malandro al ojo que no ve primeras causas. Así Caín mata a Abel; una esposa envenena a su marido que la caga; otro revienta a palazos al que parla a su novia en laburo; otro se venga de alguna injusticia... en fin, algún otro se manda un atraco... La ruptura de la ley como mandamiento cósmico trae aparejada una consecuencia que se extiende hacia una oscuridad, donde los limites no son tan claros a la opinión y juicio de terceros que solo ven los efectos. Y sin embargo, todo esto no es ni mas ni menos que la expresión de ser prisioneros, aunque no lo crea, de una infinita e increíble obra de arte. Pero haber llegado a expresar lo mutable y lo permanente de este modo tan simple exige un fuego que quema por dentro y una luz que aleja a quien busque las partes y no el todo. Paradójicamente quien esta en la oscuridad o quien en la luz, no envidian a terceros. La envidia siempre viene de los tibios, como también de ellos vine la creencia de que es justo y que no, por eso Alguien dijo que los vomitaría y encima ratifico que de su boca, ese énfasis en señalar lo mismo tiene su trasfondo oculto. Alguien dijo una vez: "Haz el bien o haz mal, pero nunca seas tibio".
Mago Huari.
No hay comentarios:
Publicar un comentario