En la misma tónica y gótica de los fuegos de San Juan, de profanos asados, o de casas y campos arrasados. La gris ceniza se mezcla con la lluvia. Se filtra en el suave algodón de vida y al llegar la noche esperada de primavera, asoma en fiesta bajo los astros; y aquel león en la espesura. fuerte, verde, heráldico, alumbrado símil al niño divino en bajo luz de Selene. encubre al disolvente vuelto hoja y mineral, aflorando común a ambos reinos. Sopla ahí la suave brisa al sonido de Pan. Entonces danzan en corona las hadas, para este es pan de la futura ambrosía. Rosca de reyes, ante el cual darán gracia las aves y los peces tal como al despuntar de cada mañana. En Galia canta el gallo, de herméticas alas. Por la noche destella guirnaldas de la luz, tejidas por luciérnagas. Y en contraposición al materialistas, dama alquimia, despoja de su color el metal de los ricos, ocultándolo su luz que se disuelve en agua. Espíritu de color de las hojas, plagadas de vida; que huele al fin, con esa fragancia de tilos y azares, en las mas bellas noches de lluvia.
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