La Montaña

Algunas personas cuando ven que otro tiene pena, suponen que la tiene por causas que imaginan, sin haber aprendido a leer el corazón de otro. Hoy se estila creer en un progreso que asesina arboles. Gritar independencia, en cuchitriles de plástico. Plástico, suposiciones, progreso, son lo mismo. Hay un grito que no es por todos, ni por todes (faltaría menos), es por algo mucho mas esencial que toda norma proyectiva. Siempre al expresarme uso varios sentidos. Considero una realidad mas abarcativa, que las rutinas de idas y vueltas de la vida. A propósito, parece que "Google" no reconoce la palabra "todes". Del mismo modo yo no reconozco el sentido pueril del roce en la vida con la gente. Mi tesoro es otro. Mi pena esta mas lejos del sentido que quiera otorgársele. Esa es la razón de hablar en varios sentidos. El laberinto solo tiene un centro. Lo demás son solo lecturas. No ha llegado al centro.

Mi mas grande escollo, es imponente montaña. Los escritores, casi todos, también tienen ego como montaña. No se si el mio es tal. Pero se que a veces lo es algún dolor. Una suerte de purgatorio. De laberinto. El tiempo implacable. El vacío de algo...El estado de cosas, discursos de izquierda o derecha. Eso es solo simple escenario. Escapismo ante la voracidad de la vida. Y aunque me vuelva alpinista y corone la cima plantando bandera. El tiempo ido no vuelve. No podemos coronar metáforas. Hay cierta visión clara cuando todo es descarnado. Una que despeja contundente lo que es de lo que no. Y eso de algún modo contagia cierto desprecio y por otro lado, profundo amor.

Un sentido mas antiguo.

Alex

El Consuelo

Si hemos sentido realmente amor, ese amor real. Si hemos sentido el mas terrible dolor, ese que nos destroza, que cuando algo nos lo recuerda, aun duele a pesar del tiempo. Solo nos queda una cosa, unir ese amor real y profundo y ese terrible dolor. Poner ambas cosas juntas, como en un relicario en nuestro pecho. Así llevarlas unidas siempre, como la fuerza que nos permite ir mas allá de nosotros mismos. Porque un día, mas allá del reino de la gravedad encontraremos lo perdido. Pero ahora estamos aquí, y ese amor debe ser pulido hasta la perfección. Y no hay perfección sin dolor ni sacrificio. Ese debe ser nuestro único consuelo.

A

Imagen

Este vuelo, es vuelo de ver. Ver es comprender. No hay frialdad al despegar. Porque toda mi inteligencia esta hecha de sentimiento. Por eso se. Si observas bien, las aves antes de calamidad, se agitan, vuelan en circulo, después eligen destino. Es salvación. En mi caso es salvación de mi. No de la vida. Infiero y veo desolación. Todos sigue la corriente, se pierden en su marea. No quiero seguirla. Nunca lo hice. Por eso al volar contemplo aquello que era. Aquello que es bello aun. Aquello que fue. Recordar. Estar. Porque no hay donde anidar. No hay donde posar. Desapego de lo funesto. Vuelo abstracto a la comprensión. Vuelo por vos, incluso mas que por mi. Un vuelo lleno de sentir. Salto mortal hacia la metáfora. Me he vuelto eso. Una metáfora. Una lejana luz. Cercana. Muy cercana. Estoy ahí. Mas cerca de lo concebible. Pero estoy en alas.

A

Perspectiva

La inspiración es un ave que va y viene. Algo que otorga también cierta visión de ave. Por eso, aun miro el basto cielo, y hasta las luces navideñas que hermosamente cuelgan de ventanas, aunque otras miradas las desdeñan. Es un ver con añoranza de vida. Hay tiempos donde hasta la poesía es perseguida. Tiempos donde la víscera, la razón y el odio se acrecientan. Entonces el poeta evoca en sus palabras una suerte de plegaria, un aullido desde el alma, un clamor hacia la cima, o bien al menos, una invitación a la esperanza.

A

La Cima

Hoy por la avenida la memoria asomaba sobre tiempos idos, los de la dicha, los del dolor. Puedo transitar sin juicios, andar y desandar entre el tejido. Elevar mis manos al cielo y realizar el intento de los días. Aun así, incluso reforzando fuerzas, el hecho de saber siempre tiene sabor a nostalgia. Una suerte de extraña alegría con acento melancólico. Porque cada intento quita algo para que algo ocurra. No celebro fiestas, pero cada día tiene algo festivo. No me destroza ya la tristeza pero cada ocaso tiene algo de ansia. No soy enteramente el yo, pero se me culpa de serlo. No soy íntegramente el ser, pero se me acusa de maestro. Venzo todos mis temores y arremeto a pesar de la muerte. Pero siempre un nuevo recelo aparece. Busco el dialogo con aroma de vida e ideas. La pureza y la profundidad. No he cortado lazos con discurrir. Pero los diálogos están yertos de retorno. Entonces silencio y paciencia acuden. Miro el cielo de la tarde. Tan azul, tan inconmensurable. Veo así como todo es posible. Y en un singular vuelco, Dionisos tiende su mano y ofrece su copa.

A.

Pai de santo

Cual seria el sentido de cifrar un mensaje cuando ya la verdad es lo de menos.
Bucólica la tarde, después de noche de espíritus. Resuena aun tintinear de campana y todavía huelo la fumigada, colonia ritual y alcanfor.
Humo y vino de santos, elevándose y en descenso.
De que mas te voy a hablar... ah si...del individuo buscando vuelo con el humo.
De que al fin el silencio aparto todo, de que este tiempo no tiene raíces. Y sin raíces los arboles se caen. Se caen las piedras, caen los sueños, los diálogos y tambien hasta los recuerdos.

A

Cupulas

Profusión de torres y cúpulas. No te das cuenta de su cantidad, hasta que la atravesas por autopista. Ya por Corrientes o Rivadavia, te cansas de alzar la cabeza. Difícil saber si esto obedece a extraña plegaria al cielo, por hundirnos tal al sur. Una suerte de fijar un eje, entre tanto desarraigo. Torres de iglesias, domos, miradores... Simetrías excelsas que hacen cierto guiño hacia lo alto. Y yo que se este lugar mi casa, mi raíz, corcovando angustia en páramo poblado. Que no por estar tan habitado, deja cada tanto cierto sabor a desolado. Aun se ve gente en los cafés, aun desde lo alto la mirada puede anclarse en el río lejano, o desvanecerse al sur hacia Lanus. Viejos ferrocarriles ingleses, somnolientas estaciones de aledaños. Librerías populosas, noches aun con arte. Pero no se porque tantos fantasmas. Hay veces que al andar, el pasado asalta obstinado. Busca quebrar rodillas y hacer que la boca bese el suelo. Yo pienso que tal vez el gran río se lleve al fin las penas. Pero no es posible, porque es aquí que desemboca. Y todo lo que arrastra, indefectiblemente nos anega, como el sol en la hora del ocaso.

A

Hitos

Siempre en mi mente tengo mapas. Avenidas, calles, parques. Pero los hitos en cada zona son siempre algo del corazón. Así entonces con el corazón contemplo hasta las cúpulas. La autopista trae aromas de otras partes. La estación refleja recuerdos ceñidos en cada mechón de luz. Una feria me recuerda una imagen del tarot. Una gran iglesia colonial abstrae mi pensamiento de la calle de batallas, y lo alza hacia el punto de Sophia, que perenne desciende cual ave. Me acerca a lo profundo del alma... a las letras y de nuevo a un gran mapa, que ya no es plano, sino mucho mas que tridimensional. Entonces el ave remonta vuelo y los ojos, ven sueños, una trama de pasillos, plazas y todos los amados e íntimos espacios que me permiten extender las propias alas.


A