En el año 79, antes del servicio militar, yo trabajaba como cadete en la city de Buenos Aires, a dos cuadras de Plaza de Mayo. Toda mi vida estuve en lo extraño, porque ya nací así. En ese tiempo iba por mi cuenta a la iglesia católica al anochecer, leía de yoga y también asistía a reuniones budistas. Integrar la búsqueda no me costaba nada, algo por dentro me hacia tomar siempre lo mejor de cada cosa. En el budismo un jefe de grupos japones, me envió con un guía argentino, este estaba en Villa Mitre, el barrio de Pappo. Así que después de trabajar iba algunas noches a aprender con este guía. Una vez mientras este trabajaba con sus muebles, era ebanista; yo sentado observando y preguntando cosas de budismo, se produjo algo, oí como un viento que traía un sonido de tambor y cantos que sonaban aborígenes. Le pregunte si lo oyó. Me dijo que si, y que muchas veces se oían, y que alguna gente hablaba de eso. Cantos "indios" que venían de la nada. Quise saber mas de eso, pero me cambio a budismo. Ante mi insistencia solo dijo que se oían bien, a veces desde la plaza. Así quedo todo, hasta que un tiempo después, un día de calor les dije de ir a tomar mate a la plaza. Era sábado, 10 de la noche, eramos tres personas en la plaza. Charlábamos de budismo. Tipo a las 23, veo un hombre que me mira vestido como aborigen, y al verlo a los ojos este avanzó sobre mi como flotando. De reojo vi como quienes estaban conmigo se levantaron y huyeron. Pero yo solo veía a ese hombre, sin miedo. En segundos vino hacia mi, y desapareció a medio metro a mi izquierda. Sentí de golpe un cambio en mi y gran comprensión. Supe de golpe que Dios abarcaba diferentes cosas: a mi, al lugar y a ese espíritu. Supe que mi lado externo y confrontativo, era lo que me permitía avanzar en mi búsqueda y guerrear con obstáculos. Y supe también que mi lado mas interno era quien me movía a las experiencias de esa búsqueda. Esa noche algo paso y Dios no era ajeno. Esto lo escribo como para definir quien busca desde su lado profundo, y quien desde su yo. No deseo definirme, pero veo si quienes se definen en su accionar, sin ser su lado profundo quien guíe. En un lado hay lo externo, en el otro esta la sabiduría, la pureza de corazón y la gracia. ¿Por que cuento esto? Es Dios quien te da lo que buscas desde lo profundo. Por otro lado hay mucha gente que define su accionar sin haberse transformado ni contactar con lo divino en su realizar. Por ende sera solo transformación externa. Eso es lo que se ve por ahí, y quería remarcarlo. Ocho años después de esto, fue cuando viaje a Perú a aprender. Busque y encontré. Pero el llamado interno se dio aquella noche en esa plaza. Supe después que ese barrio había sido un antiguo "asentamiento" querandí sobre el arroyo Maldonado.
Esta es la imagen de esa plaza. Y es mi conexión con Buenos Aires de forma a-temporal y de transmisión de los ancestros. Esto por pudor nunca lo había contado. Pero hay una lectura entre lineas de mi relato para bucear mas en profundidad
de la obra "Alquimia"
Mago Huari